domingo, 29 de mayo de 2011

MI CONFRONTACION CON LA DOCENCIA.


            Desde temprana edad sentí que mi vocación era la de ser profesora pero desafortunadamente no logré ingresar en la normal.  Esto me obligó a buscar otras alternativas aunque yo pensara que lo mío era la práctica docente.  Hice el examen de selección en el Instituto Politécnico Nacional para la carrera de Ingeniería Textil.  Allí encontré otra profesión que se convirtió en mi segunda vocación: la textil.  Creía haber encontrado el camino (creo que parcialmente si lo encontré), pues trabajo en la industria textil y me encanta.  Pero entonces no me imaginaba que la vida me conduciría de regreso al sueño de mi juventud: la labor docente.

            Después de que me titulé me puse a trabajar con entusiasmo en la industria textil, me sentía feliz y realizada.  Pero por azares del destino un día fui al IPN, a mi casa de estudios.  Allí encontré a una de mis grandes maestras, que me atrevo a decir, ella ha sido la mejor profesora que he tenido a lo largo de mi vida estudiantil.  Ella me comentó que necesitaban una maestra con mi perfil.  Al principio, yo  me rehusé rotundamente porque ya contaba con un trabajo en la industria textil, pero como siempre ella, que conocía bien mi historia, logró persuadirme diciéndome que lo mío era la docencia y que la vida me otorgaba ahora la oportunidad de realizar mi primer sueño: ser profesora.  ¡Fue increíble como se presentó esta oportunidad que reorientó mi vida hacia mi sueño original!

            Yo estaba consciente de mis carencias pues no tenía la formación pedagógica para ser maestra e impartir clases.  Aún recuerdo la primera vez que me presenté frente a un grupo.  No sabía que hacer, sólo recuerdo que estuve a punto de salir corriendo y de abandonar la idea de dar clases.  Aún tengo presente que ensayé todo el fin de semana y que de todo lo que preparé, cuando estaba frente al grupo, sólo salieron unas cuantas palabras: di mi temario y me fui prometiendo no volver.

            De inmediato hablé con mi profesora y le pedí perdón pues no me sentía capaz de enseñar y quería renunciar.  Ella me insistió y me dijo unas palabras que nunca olvidaré: “La vida está llena de retos y de aprendizajes… quien no arriesga, no gana… y yo se que tú puedes ser maestra, que puedes superar los retos que se te presenten.  No desaproveches esta oportunidad única que te presenta la vida.”  Su confianza en mí me desarmó e hizo que sacara la casta que había en mi interior para retomar mi vocación original de maestra.  A partir de entonces nunca más abandoné el aula.  Conforme ha pasado el tiempo me he sentido más segura y he confirmado que la enseñanza es lo mío.  Soy feliz haciendo lo que me gusta, mis chicos me renuevan y me llenan de fortaleza, creo que ellos me aportan más de lo que yo les ofrezco.

            Estoy segura de que toda mi vida le voy agradeceré a mi profesora por haber creído en mí, haberme alentado y haberme reorientado hacia la docencia, el primer sueño de mi juventud.  Me sentiría muy honrada si, al paso de los años, yo pudiera obtener la satisfacción de ver a mis chicos realizados y recordándome como yo recuerdo a mi querida profesora.

Ella siempre me animó a actualizarme, por eso siempre he buscado la manera de mejorar mi labor docente sin embargo debido a situaciones personales, familiares y de trabajo he dejado de estudiar.  Por fortuna, en mi vida se presentó esta oportunidad para prepararme mejor. Mi vida ha dado un giro  y nuevamente me encuentro aquí estudiando y actualizándome para ser una profesora con calidad y con las herramientas actuales que este mundo globalizado nos exige.

En la actualidad,  a partir de mi participación en una especialidad,  creo que  el aprendizaje que  he obtenido me ha enriquecido y ha venido a cubrir muchas de las carencias que tenía en mi trabajo de enseñanza.  Ahora cuento con instrumentos sólidos para desempeñar mejor mi labor educativa. En estos momentos, puedo decirles con seguridad, que me siento plena y feliz de ser maestra y cada día me confirmo más en mi vocación inicial.  Pero al mismo tiempo he ido logrando superar muchas de mis carencias pedagógicas. Estoy en un camino de continuo aprendizaje y actualización para poder brindar a mis jóvenes una educación de calidad y significativa para su vida.

            Y las palabras de mi querida maestra son siempre un impulso y aliento para seguir adelante buscando ser mejor maestra y trabajar en mi superación para el bien propio y el de mis alumnos, por eso siempre las recuerdo con cariño: “La vida está llena de retos y de aprendizajes… quien no arriesga, no gana… y yo se que tú puedes ser maestra, que puedes superar los retos que se te presenten.  No desaproveches esta oportunidad única que te presenta la vida.” 

Los saberes de mis estudiantes en el uso de las TIC

Con el fin de responder al andamio, se realizó una encuesta la cual arrojó los resultados siguientes. Nuestros jóvenes son expertos en el manejo de las TIC en su vida ordinaria, en esto nos llevan gran ventaja ya que ellos nacieron en la era de la tecnología. Sin embargo, su conocimiento es más bien guiado por sus intereses y gustos personales o de grupo de interés, por ejemplo: la utilización de las redes sociales. Ellos nos rebasan, van más allá de los programas que podamos utilizar. Ellos manejan a la perfección lo que se refiere, como ya mencioné, a las redes sociales, bajar música y, en general, a lo que a entretenimiento se refiere. Este hecho me ha llevado a darme dado cuenta, por un lado, que ellos tienen un caudal enorme de conocimiento de los TIC, por otro lado, nosotros, los educadores, debemos trabajar para orientarlos de manera que esas habilidades las dirijan hacia su formación académica y las desarrollen con el fin de formar una cadena de retroalimentación mutua o una “red del conocimiento”, a semejanza de las redes sociales que ellos tanto conocen y disfrutan.
Así mismo, es importante mencionar que los TIC si no se manejan adecuadamente de manera que puedan ser benéficos en la vida de los jóvenes, pueden desencadenar una problemática social pues los jóvenes se dedican, en su gran mayoría, a las redes sociales, esto los distrae de su vida familiar, social, educativa, etc.
Preguntándoles como utilizan el internet, su gran mayoría contestó que pasan muchas horas charlando con sus compañeros y amigos, y un mínimo de tiempo lo dedican para realizar investigaciones, tareas y trabajos escolares.
Cabe mencionar que los jóvenes de la institución a la que yo pertenezco cuentan, en la misma institución, con las herramientas de computación necesarias para su educación y esto es de gran ayuda para nosotros, los maestros, porque podemos echar mano de los TIC en nuestra labor docente. De tal forma que como se cuenta con las herramientas necesarias, realizamos mesas de trabajo en las cuales cada uno de los jóvenes desarrolla sus habilidades. Hay algunos de ellos que son muy hábiles para manejar la tecnología. Ellos nos apoyan para ayudar a los chicos que les resulta más difícil utilizar los medios electrónicos, de esta manera desarrollamos lo que llamamos cadenas de conocimiento. En casa, algunos de ellos cuentan con computadoras y tiene acceso a internet, esta realidad facilita más el desarrollo de las actividades. Sin embargo, cambe señalar que este conocimiento que tienen ellos de las TIC me cuestiona y presenta un gran reto, pues tendré que ponerme a trabajar duro en lo que a las tecnologías modernas se refiere, para poder sacar de ellas el mayor provecho posible en aras de una buena educación para las jóvenes generaciones.
Afortunadamente en este, mi nuevo trabajo, he encontrado agradables sorpresas, debido a la creatividad y capacidad de los jóvenes para desarrollar actividades escolares utilizando la Tecnología. Yo imparto las materias de Cálculo, Geometría y Trigonometría los jóvenes logran aplicar sus conocimientos en estas materias y aplicarlas en situaciones de la vida y entrelazarlas